La satisfacción que me ha producido, desde el primer momento, tejer a ganchillo, sus beneficios para mi bienestar emocional, la riqueza para mi vida personal de todo lo que he ido acumulando en mis grupos de tejido y la necesidad de hacer extensivo todo ese bagaje a otras personas.
Empecé a tejer casi por casualidad y sin querer. Tenía ganas de hacer una alfombra para mi casa nueva y alguien me dijo que podría hacerla tejiendo a ganchillo. Sorpresa, jamás había cogido una aguja, pero me sedujo la idea de poder hacer algo con mis manos.
Yo asociaba el ganchillo a esos elementos decorativos retro para la casa asociados a nuestras abuelas, tapetes, cortinas, colchas, bolsas de pan, pero, alfombras? Eso no lo imaginaba y ya, cuando empecé a tejer y vi que podía realizar prendas de vestir, ¡algo explotó en mi cabeza!
La posibilidad de diseñar mis propias prendas me atrapó y ya no he podido parar, jerséis, chalecos, tops, vestidos, chales, faldas, pantalones … el único límite está en la imaginación.
A medida que pasaba el tiempo, además de la satisfacción de tejer mis propias prendas, pude comprobar que el ganchillo me aportaba mucho más. Estimula la relajación, ayuda a disminuir el estrés, aumenta la concentración y la autoestima a la vez que potencia la creatividad. Pero lo mejor, sin duda, es la capacidad de crear líneas de comunicación entre las personas que comparten el mismo espacio a la hora de tejer. Es capaz de crear redes que perduran en el tiempo.
Sería difícil elegir un motivo de todos estos para seguir tejiendo pero, sin duda, uno de los más importantes sería este último. Tejer en grupo me ha proporcionado algunas de las mejores experiencias que he tenido en los últimos años y ha sumado a mi vida personas maravillosas.
Me encanta tejer, diseñar patrones, vestir mis prendas, ver como otras personas visten mis diseños, pero me quedo, sin duda, con los talleres y los grupos de tejido.
Con esta idea, surge Mengancho, como herramienta para crear comunidad, donde podamos tejer juntas, mis patrones, los de otras diseñadoras, los tuyos. Aprender y beneficiarnos juntas de todo lo que nos aporta esta fantástica técnica.
Y, por cierto, la alfombra sigue siendo un proyecto pendiente!
Añadir comentario
Comentarios